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MARAJAL

Posted on Abr 25, 2017 by in Sin categoría | 0 comments

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Marajal es el nombre con el cuál un grupo de amigos, un par de parejas, definen una reunión que celebran todos los años en algún lugar de España o del extranjero.

Rafa y Toñi, Mati y José Luis son los nombres de estos amigos; en su juventud los hombres trabajaron juntos para la misma empresa, allí surgió la amistad; Toñi y Mati siempre congeniaron bien, en aquella época tenían una niña cada una de la misma edad por lo que pasaron mucho tiempo juntas. Treinta y cinco años después mantienen esa amistad.

Hace mucho tiempo que se separaron, cada pareja vive en un punto diferente de España,  pero nunca han dejado su reunión; la han celebrado en Córdoba, Valencia; Madrid, Barcelona, Toledo, Málaga, Ciudad Real, Venecia, Atenas, Roma,  Florencia, Mikonos, Santorini, Gibraltar y un sin fin de ciudades.

Este año decidieron que el encuentro Marajal se hiciera en un hotel de cinco estrellas con casino; nunca antes habían estado juntos en un casino, por lo que decidieron vivir esa experiencia.

Por la mañana visitaron la ciudad, por la tarde sesión de spa y por la noche un tentempié en la cafetería del casino y a probar suerte.

Ninguno de ellos tenía idea de cómo funcionaba aquello, estaban sorprendidos de ver la seguridad y la entrega de algunas de las personas que estaban allí. El casino tenía varias salas, la de las máquinas tragaperras, con sus luces y colores; la de las máquinas de bingo, especialmente visitada por mujeres; un salón independiente para jugar al bingo con cartones. Finalmente la sala más grande,  más impresionante con una gran escultura a la entrada y las majestuosas mesas de la ruleta, o de las cartas. La gente manejaba billetes, que los cuatro amigos pensaban que estaban desaparecidos, como si fueran centimillos. No daban crédito a lo que veían, cada minuto miles y miles de euros se movían en aquellas salas.

Toñi y Mati  comentaban entre ellas todo lo que se podía hacer con lo que la gente se dejaba en una noche. Tampoco estaban convencidas de gastar dinero allí, preferían irse a la terraza y deleitar la conversación con una copita de vino dulce, pero los hombres dijeron que en la vida hay que arriesgar un poco, tal vez se fueran de allí millonarios. Las parejas se reían sabiendo que todo era fantasía.

Después de dar un par de vueltas por el casino, se dirigieron a las tragaperras que era lo que más sencillo les pareció. Tras cinco tiradas, les tocó el pleno, Toñi dio un grito de alegría, Mati dijo de dejarlo ahora que ganaban. La efusividad de la alegría era tal que más de uno pensó que habían hecho saltar a la banca. Recogieron las ganancias entusiasmados, se subieron a una de las habitaciones y pidieron una botella de cava para celebrarlo.

Cinco minutos más tarde llamaron a la puerta. José Luís corrió a abrir creyendo que era el servicio de habitaciones, pero la sorpresa fue que había una persona con pasamontañas y una pistola en la puerta. Pegándole un empujón lo introdujo en la habitación y cerró la puerta de una patada. El hombre enmascarado les dijo que no hicieran ningún ruido ni se movieran que enseguida terminaría todo, un compañero suyo vendría en un momento, sólo tenían que entregar las ganancias y nadie saldría herido. Rafa se dirigió al atracador: -«Vamos hombre por un puñado de monedas, no merece la pena todo esto…».

El atracador, cada vez más nervioso,  no lo dejó terminar, gritando se dirigió a ellos diciendo : -«Silencio. ¿Yo he dado permiso para hablar?, pues callados o me lío a tiros». En ese momento le sonó el móvil, las dos parejas estaban sentadas en la cama mirándose sin entender nada.

– Estoy en la 406, como me dijiste, decía el atracador a su interlocutor. ¿Ahora que hago con esta gente?

Después de un rato al teléfono colgó y miró fijamente a las parejas; muy seriamente dijo:

-Tengo que decirles que ha habido un error, tenía que ir a la habitación 706, pero no puedo dejarles así por las buenas, podrían llamar a la policía, por lo que se van a atar por parejas, tú ata a esos dos y yo os ataré a vosotros. Mañana la mujer de la limpieza os encontrará y todo habrá terminado.

Una vez quedaron las parejas atadas el hombre abandonó la habitación apresuradamente. En ese momento volvieron a llamar a la puerta varias veces y la abrieron desde fuera, era el camarero con el cava, al verlos maniatados corrió a desatarlos interesándose por cómo se encontraban. José Luis llamó a la policía desde su móvil mientras Rafa hacía lo propio con recepción informando que en la habitación 706 podía estar pasando algo grave.

Una hora más tarde, tras haberles tomado declaración la policía les informó que habían cogido a los delincuentes en la habitación 706. Allí habían golpeado y robado al señor que había ganado una importante cantidad de dinero en la ruleta. Ellos fueron victimas de un error de uno de los delincuentes.

Afortunadamente todo quedó en un susto, en una pequeña aventura para recordar en su próximo encuentro Marajal, que evidentemente no será cerca de ningún casino.

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