FUEGO
Siempre se ha dicho que el fuego puede con todo, lo bueno y lo malo, purifica, renueva.
El culto del fuego era atribuido al sol, el gran creador, para algunas culturas; permanece desde siglos en todos los pueblos y religiones, ejemplo de ello es que siempre se mantiene algo de fuego encendido en todos los altares.
Creo que deberíamos aprender cada noche a encender un fuego imaginario donde lanzar todos los problemas del día, las malas palabras o acciones; arrepentirnos sinceramente de ello, quemarlas en esa hoguera virtual, que el fuego acabe con los malos pensamientos y los malos recuerdos; dormirnos renovados, mejores, para comenzar el siguiente día completamente purificados, sin rencores, sin ganas de venganza, sin tener nada enquistado. Sólo el firme propósito de ser mejores para nosotros mismos y para los demás.