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VIVIR LA VIDA

Posted on Oct 9, 2020 by in Sin categoría | 0 comments

Pavo real

Una pareja en edad de jubilación, estaba sentada en la terraza de una cafetería desayunando; acababan de salir del hospital donde él había ido a hacerse unos análisis de sangre.

Gabriel, así se llama él, no hacía más que resoplar diciendo que la vida es injusta, que ahora que tenían tiempo libre seguro que salía algo malo en los análisis; llevaba tiempo sintiéndose muy cansado, sin fuerzas y con el cuerpo dolorido, dormía poco, lo que lo sumía en una situación de desesperación.

Violeta, su mujer, escuchaba resignada mientras mojaba los churros en el café. Más tarde, cuando él terminó de quejarse, intentó hacerle ver que pasara lo que pasara, tenían que vivir cada momento, disfrutar de lo que la vida les había dado; tenían una hija y dos nietas preciosas, vivían cómodamente en una casa maravillosa a las afueras de la ciudad, allí él podía dedicarse al cuidado del jardín, del huerto, practicar la natación, que le gusta y lo relaja mucho; quería hacerle ver que estaban juntos para lo bueno y para lo malo, que se podían apoyar el uno en el otro, pero debían ser positivos y agradecer sus vidas.

Él seguía ofuscado, todo le parecía una porquería, no encontraba valor a nada.

De repente ella se quedó mirando hacia arriba; sin pestañear, sin decir nada, levantó la mano lentamente y señaló con su dedo índice hacia una farola que había en medio de la terraza, él levantó la cabeza, dirigió la mirada hacia donde señalaba ella y una gran sonrisa apareció en su rostro después de muchos meses.

Inexplicablemente un pavo real, con toda su belleza, se había posado en lo alto de la farola como dando ejemplo de lo maravillosa que es la vida y lo importante que es disfrutar cada momento.

La pareja se miró, no dijeron nada, se cogieron las manos y siguieron contemplando lo que la naturaleza les regalaba.

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