CITA INTERRUMPIDA
La cita con el dentista era a las seis de la tarde, nunca le había gustado ir pero no podía postponerlo más. Salió de casa cabizbajo sobre las cinco y cuarto, la clínica no estaba lejos pero aparcar el coche en la zona era casi misión imposible.
Entró en el coche, se puso el cinturón y, antes de encender el motor, sonó el móvil; era de la clínica, una voz nerviosa, asustada decía: «no vengan, no vengan, están desalojando el barrio, han encontrado una bomba». Incrédulo y sin saber qué hacer se acercó a la zona.
Cuando llegó, la policía, bomberos y ambulancia tenían sus coches impidiendo el paso.
Unos obreros que estaban cambiando las tuberías de la calle habían encontrado una bomba, de inmediato avisaron a la policía y ésta a los artificieros. Por la noche se supo que en la guerra civil en esa calle había un polvorín que explotó en 1937 y desde entonces había quedado ese «recuerdo» allí, aunque desactivado; un gran susto para todos los vecinos pero sin mayores consecuencias.
Su cita había sido cancelada momentáneamente, al día siguiente lo convocaron y esta vez no se libró.