LA PRIMERA NOCHE SOLO
El matrimonio Pardo y su hijo Marc de 13 años habían comenzado sus vacaciones veraniegas en una casita que habían alquilado en medio de un bosque cerca de un lago, tenían previsto pasar allí 15 días rodeados de naturaleza, haciendo senderismo, barbacoas, etc.
En la noche siguiente a su llegada Marc descubrió, detrás de un tapiz que había encima del sofá, una grieta en la pared, larga aunque nada profunda; su madre le explicó que era normal, que se debía al asentamiento de la construcción; el muchacho no quedó muy convencido pero se conformó. Otra noche estaban en el porche cenando lo que su padre había cocinado en la barbacoa, cuando el chaval descubrió unas cucarachas que se metían por un pequeño orificio en la pared de la fachada principal, esos bichos no le gustaban nada, le daban una especial repulsión.
Una calurosa tarde paseaban junto al lago, era una zona que les gustaba especialmente porque se estaba muy bien bajo las sombras de los árboles que rodeaban el lago y el frescor que daba el mismo, cuando inesperadamente el padre tropezó con la raíz de un árbol, cayéndose y golpeándose la cabeza con una piedra, lo que le produjo una brecha considerable; regresaron corriendo a la casa, la madre le hizo unas primeras curas pero se dio cuenta enseguida de que necesitaba puntos, y para eso debería llevarlo al hospital más cercano que estaba a una hora y media de allí.
La madre le pidió a Marc que se quedara en la casa, pues como mínimo eran tres horas y lo que tardaran en atenderlo. El joven accedió, aunque sería su primera noche sólo, tenía tele y táblet para entretenerse, cenaría una pizza de microondas y estarían en contacto continuo a través del móvil. No parecía mal plan sino fuera por las circunstancias.
Cuando llegaron al hospital la madre llamó a Marc, él estaba bien enfrascado en sus videojuegos, pero la madre le dijo que tardarían en volver, había mucha gente, que cenara y se acostara.
Tras cenar el crio se puso en el sofá un rato, de repente le pareció escuchar un ruido tras el tapiz, era como un sonido parecido al de un panal de abejas pero algo más fuerte, la curiosidad le pudo y levantó el tapiz, lo que vio le impactó, en la grieta se podían ver infinidad de antenas y patitas de cucarachas intentando salir por ahí. Marc corrió a su cuarto y se encerró, no podía con esos bichos, pensó en llamar a su madre, pero entendió que era una tontería molestarla por unas cucarachas; se metió en la cama y se tapó con la sábana hasta la cabeza. Pasó un rato y empezó a notar cómo algo se movía por encima de la sábana, sabía que habían llegado hasta el dormitorio y estaban por toda la cama, no sabía qué hacer, estaba paralizado por el miedo, de repente las tenía por la zona de la cabeza, notaba como bajaban hacia el oído, pensó que se le iban a meter por la oreja, estaba a punto de gritar cuando escuchó:
– ¿Marc estas durmiendo?- y la sábana se desplazó hacia atrás; sus padres habían vuelto, solo habían sido un par de puntos; él estaba contento de ver que todo había sido un sueño y no había ningún bicho en la casa.
Al día siguiente, mientras desayunaban, Marc preguntó a sus padres: ¿Creéis que las paredes pueden estar llenas de cucarachas por dentro?