MÁS QUE UNA LECTURA

Nuestra protagonista siempre había valorado los libros por el contenido que transmitían, ya fueran de aventuras, cultura, romances, etc.

Un día se encontraba reorganizando la parte alta de la librería de su casa, cuando encontró un libro que estaba entre dos super enciclopedias de las de antes, cuando no se usaba internet para buscar datos, cuando los trabajos escolares salían de la información de los mencionados libros y de los diccionarios, sin «ayuda» del rincón del vago, ni ninguna otra cosa que no fuera el esfuerzo de uno mismo, pues allí estaba (que me desvío del asunto que nos trata), un libro bastante ajado que se llevó de casa de sus padres cuando estos fallecieron y hubo que vaciar la casa para venderla.

Era bastante conocido en la época, las personas de más de 60 años seguramente lo recordarán: Nuevas Aventuras de Matilde, Perico y Periquín. Un libro basado en un niño de barrio y sus aventuras, que de alguna manera recuerda a otro actual, también muy conocido.

Pero más allá de sus simpáticas aventuras, esta vez, este libro regalaba recuerdos, sentimientos, situaciones vividas en el pasado, cuando de pequeña estuvo enferma y su madre para pasar la tarde, ya que no tenían aún televisor, le leía cada día una aventura de ese peculiar personaje.

Esta vez, no era un libro infantil; era parte de una vida, era mucho más que una lectura entretenida.