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EL CASO DE LA BAÑERA

Posted on Dic 10, 2019 by in Sin categoría | 0 comments

Bañera

El inspector Romero comenzaba la semana acudiendo a un hotel; en la habitación 802 la empleada de la limpieza había descubierto algo en el baño de esa habitación preocupante.

– Buenos días, ¿qué es lo que tenemos aquí? preguntó Romero a Carol, su compañera a la vez que sufridora del mal genio del inspector.

– Recibimos una llamada, la empleada de la limpieza entró sobre las 9 de la mañana para preparar la habitación para un próximo huésped y notó un olor muy fuerte, se dirigió al baño y encontró esto. Mostrando la puerta del baño Carol invitó a Romero a que entrara al mismo.

La escena era dantesca, una bañera de hidromasaje llena de agua y sangre de la que emanaba un olor nauseabundo.

– Hemos preguntado y nadie ha estado en esta habitación desde la semana pasada. Una vez se hizo el check out, la limpiaron y se cerró hasta esta mañana, dijo Carol mientras releía su cuaderno de notas.

– Apague la luz y deme una linterna azul, dijo Romero a Carol sin apartar la vista de la pared de encima de la bañera.

El descubrimiento fue más que sorprendente: con una especie de pegamento transparente, alguien había dibujado en la pared medio corazón, una copa, un martillo y una mano; pero no había dejado ninguna huella. Tomaron muestras del pegamento, de la sangre, de los restos del desagüe, y las enviaron al laboratorio.

A la mañana siguiente ya tenían resultados. El ADN encontrado en la bañera pertenecía a una mujer. Interrogaron a la directora del hotel para saber quién podía tener acceso a las llaves de las habitaciones, evidentemente los empleados y ella misma; visionaron las cámaras de vigilancia y pudieron comprobar que hacía cuatro días que por el párking había entrado una pareja, al preguntar si eran clientes, la recepcionista reconoció al hijo de la directora. Romero decidió interrogarle, el joven confesó que había cogido la llave de esa habitación para preparar a su chica una fiesta porque se había enterado de que estaba embarazada; el corazón simbolizaba la nueva vida, el martillo golpeaba la copa porque mientras estuviera embarazada no volverían a beber alcohol, la mano significaba todo el apoyo que él iba a dar a ella y a su futuro bebe. Ella se había metido en la bañera y cuando encendió el hidromasaje notó un fuerte dolor en la barriga y comenzó a sangrar. El muchacho, asustado, la llevó de inmediato al hospital donde la chica seguía ingresada.

Esta vez Romero no tenía caso. La pareja de adolescentes esperaban felices la llegada de su bebé. La directora se enteró de que iba a ser abuela. La habitación 802 paso a llamarse «Felicidad».

 

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